¿Qué es la hipertensión arterial?
La hipertensión arterial, también conocida como presión arterial alta, es una condición médica caracterizada por el aumento persistente de la presión en las arterias. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón la bombea.Se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y se expresa con dos cifras: la presión sistólica (la máxima) y la presión diastólica (la mínima).
La hipertensión se define generalmente como una presión sistólica igual o superior a 140 mmHg o una presión diastólica igual o superior a 90 mmHg. Esta condición puede ser clasificada en primaria, que no tiene una causa específica identificable y se desarrolla gradualmente a lo largo del tiempo, y secundaria, que resulta de una enfermedad subyacente o de la utilización de ciertos medicamentos.
La hipertensión arterial es un factor de riesgo importante para diversas enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca, el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular. Además, puede dañar otros órganos, como los riñones y los ojos, si no se maneja adecuadamente.
La hipertensión arterial es una de las condiciones de salud más comunes en la población mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que aproximadamente 1 de cada 4 adultos presenta hipertensión. Esta condición es especialmente prevalente en personas mayores de 45 años, aunque también se puede presentar en individuos más jóvenes.
El diagnóstico de la hipertensión se realiza a través de mediciones regulares de la presión arterial (en la clínica, en el hogar, o en estudios ambulatorios). El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como dieta saludable y ejercicio, así como medicamentos antihipertensivos cuando sea necesario. Es fundamental la detección y el manejo adecuados de esta condición para prevenir complicaciones mayores.
El aumento de la presión arterial puede estar relacionado con diversos factores, incluyendo la genética, la obesidad, el sedentarismo, el consumo excesivo de sal, el alcohol y el estrés. La hipertensión arterial a menudo no presenta síntomas evidentes, lo que la convierte en un problema serio de salud pública.
Dado su alta prevalencia, es fundamental monitorear regularmente la presión arterial, adoptar hábitos de vida saludables y seguir las recomendaciones médicas para su manejo. La detección temprana y el tratamiento adecuado son claves para prevenir complicaciones graves asociadas a esta condición.